Y si es estar por estar, mejor lo dejamos ya. Después de tanto desdén, habrá que reconocer que el sol no va a calentar la indiferencia total, la nieve del corazón. Si no es estar por estar, habrá que descongelar, cambiar el desinterés, distorsionar la altired en esta era glacial el plan de la tempestad, incluso por omisión.
jueves, 16 de abril de 2009
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